Ricardito
En esa noche me senti un Ricardito Samocurcio, pero no estaba ni en Paris ni en London ni en Tokyo solo estaba alli deslizandome entre un deseo y una ansia q me retorsia. Sin una chica mala ni un good boy. Solo dejando q mi gusto se llenase de los deseos q emanaban de una tibia piel. Y los perfumes tan narcoticos y las palabras tan profundas sin dolor. Pero nada se compara a q Yilal comience a hablar.
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